Aurich está en nada

Jugadas seis fechas del torneo de ascenso, es evidente que Vallejo y Hualgayoc tienen las primeras opciones para subir a Primera mientras Aurich está en nada, fuera, hasta el momento, de la zona de clasificación y sin aspiraciones como para pelear el campeonato o al menos el medio cupo para volver a la división de honor de nuestro fútbol.
Solo un punto en tres partidos ratifica que Aurich es un equipo del montón en la Segunda y que ya empezó a ir de tumbo en tumbo, perdiendo en casa ante Santa Rosa y ante el mediocre Cienciano en Cusco, pese a contar con un hombre más y tener como aliado a la desesperación de los cusqueños.
Pero el técnico Carlos Cortijo puso un equipo miedoso, tirado atrás, sin ataque, regalando ocasiones, pensando solo en empatar y al final se fue de narices, perdiendo por la mínima diferencia.
Pero Aurich no solo ha jugado mal ayer. Todas las fechas, el Ciclón ha estado sin brújula, jugando al pelotazo, sin orden ni ideas. Ganó siempre con las justas, con la sensación de agonía y sudando frío. Y así no se puede aspirar a un ascenso.

Y los problemas de Juan Aurich empiezan en el banco de suplentes. Cortijo no ha mostrado ni muñeca ni variantes ni alternativas ni ha podido superar momentos críticos. El estratega rojo apela únicamente al pelotazo y al que salga como carta de triunfo y de esa forma es muy difícil estar arriba, a diferencia de otros clubes que juegan en forma armónica, son contundentes, hacen valer su condición de local y buscan puntos afuera. Aurich ya no gana en Chongoyape y empezó a perder afuera.
Cortijo armó un equipo deforme, sin un volante de creación, esperanzando que el correlón Cueto le resolvería todos los problemas cuando Anderson no es organizador ni diez. Tampoco cuenta con un definidor nato, un hombre que sea implacable en el área contraria y por eso la exigua marca de goles del Ciclón en lo que va el certamen.
Lo curioso es que Cortijo, pese a la sequía de goles, prefiere prescindir de Dany Peralta sin fijarse que fie el goleador de la reserva. Increíble.
Por eso Aurich está abajo, ya va de tumbo en tumbo y comienza a resbalar hacia los puestos de descenso, facilito, porque es un equipo que está en nada. Es verdad que el campeonato recién empieza pero estos puntos que se pierden  ahora son los que más falta harán al final.

Si en una de esas Aurich queda séptimo y juega uno de los play off con Vallejo, es obvio que las goleadas poetas están cantadas.
El Ciclón no cuenta con un buen plantel. Yglesias no ha marcado la diferencia, falta gol y Kevin Carazas ya suma tres expulsiones en seis partidos. Todo un récord.
Los males de Aurich no son de ahora. El presidente César Alva prefirió la hora undécima para armar el plantel, se contrató a jugadores sobrantes, se armó un cuadro con poco peso, sin mayores aspiraciones mientras Vallejo, Hualgayoc, Cienciano y Santa Rosa se llevaban los mejores jugadores y estas son las diferencias, el abismo de puntos entre esos equipos y nosotros.
Cómo es posible que el equipo entrene en un campo en tan malas condiciones como la Videna de Chiclayo. Ver esa cancha con el pasto crecido hasta la cintura es constatar la forma en que se está manejando a nuestra querida institución.
Es cierto: falta mucha tela por cortar y Aurich puede experimentar una colosal remontada. Pero tendrá que ser sin Cortijo y reforzándose adecuadamente.

Aurich en seis fechas no ha convencido, ha jugado mal, ha estado siempre a la deriva, apelando al pelotazo, a las corridas de Herrera, a que la diosa fortuna le permita encontrarse con un gol, sumergido en un mar de errores. Los desaciertos ya son un común denominador en el equipo de Cortijo que llegó pregonando que era un entrenador campeón y ya tiene al equipo fuera de la zona de clasificación, con tres partidos sin ganar, con solo cinco goles en su haber y sin aprovechar las ocasiones como ocurrió ante Mannuci que se perdió un penal al último minuto o ante Cienciano que pese a tener un hombre más, dominando el partido, prefirió no ganar y regalar el partido.
Es hora de cambiar. Se está a tiempo. Replantear las cosas. Cortijo debe poner un diez, un hombre pensante en la mediacancha que rescate al equipo de las aguas del desconcierto y ponga ideas al equipo. Debe poner un delantero neto, un hombre de área, un goleador implacable. Ordenar a la oncena, darle forma de juego que carece en absoluto y pensar en grande. Eso de buscar empates de visita o ganar con la mínima de local es propio de entrenadores mediocres.

Ferreñafe