domingo, 14 de diciembre de 2014

Ciclón corajudo

El empate que consiguió Aurich sobre el final se obtuvo más con coraje que suerte. El equipo tuvo un formidable segundo tiempo que, incluso, hasta perdió un penal mientras que Germán Pacheco desperdició increíbles ocasiones ante Penny.
La igualdad premia al esfuerzo del Ciclón. Porque nunca bajó los brazos y siempre atacó en forma constante, en busca de la victoria.

El primer tiempo horroroso que tuvo Aurich fue producto de toda esa parafernalia que envolvió el tema de seguridad del partido. El equipo lució, entonces, sin ritmo, sin distancia, fuera de sí y de eso aprovechó Cristal.
Tanta era la cólera en los aurichistas que Balbuena le dio con alma corazón y vida al horizontal. Con toda la rabia acumulada.
Pero el empate llegó con merecimiento y ahora la final está para cualquiera el miércoles en Lima. Y estoy seguro que Aurich, con este envión anímico por empatar sobre la hora, saldrá más motivado que nunca.
Delgado falló glamorosamente en el primer gol rimense. Se confió y la pelota se metió en su arco. En el segundo achicó mal y la pelota entró entre sus piernas. Pero no todo fue negativo, tuvo unas tapadas buenazas que compensó sus errores.

Céspedes estuvo incansable llevando peligro al arco rival, pero no supo centrar. Punto flaco en el once rojo. Balbuena tuvo una tarde pésima mientras Ramos se agrandó como nunca y hasta puso el 2-1 parcial.
Estrada hizo lo suyo, tratando de empujar al equipo al taque mientras Cuba jugó demasiado desordenado. Se perdió dos goles cantadas. Rojitas fue un gigante, el mejor del partido en Aurich mientras que Vílchez fue intermitente. Se perdió varios goles al intentar sus remates de lejos.
Viza decepcionó y fue cambiado, mientras Pacheco tras tantos intentos, consiguió el heroico empate al final. Rengifo en cambio no tuvo nada de fortuna.
Noronha le cambió la cara al equipo, le dio más fuerza ofensiva, pero no supo definir en numerosas ocasiones mientras Cummings puso orden en el bloque defensivo rojo. Bazán hizo muy poco.
El miércoles sí se puede ganar pero para eso se necesita jugar con el mismo coraje del segundo tiempo en Chiclayo.

Ferreñafe

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